Heinrich Heine: «Dios me perdonará. Es su profesión». ...
Ciertamente
Cuando aviva la alegre primavera.
del sol los resplandores,
abren en el jardín y en la pradera
sus cálices las flores.
Cuando la luna, de la noche obscura
rasga el opaco velo,
brillan en torno de ella con luz pura
las estrellas del cielo.
Cuando vislumbra el soñador poeta
dos pupilas radiantes,
brotan con más calor de su alma inquieta
los versos palpitantes.
¡Lástima grande, sí, que ese teso ...
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