Miguel Ángel Blanco

Político español. Concejal del Partido Popular en el País Vasco



Nació el 13 de mayo de 1968 en Ermua.

Criado en el seno de una familia humilde, de emigrantes gallegos.

Sus padres, se instalaron en Ermua después de dejar su pueblo natal, la localidad orensana de Xunqueira de Espadanedo. El padre, Miguel Blanco, se estableció como albañil, oficio en el que Miguel Angel le ayudó antes de conseguir un trabajo en la empresa eibarresa Eman Consulting.

Licenciado en Empresariales por la Facultad de Sarriko, trabajaba como contable pero la dirección de la empresa pensaba en ofrecerle un cargo de responsabilidad a sus 29 años: la jefatura de Recursos Humanos. Esperaba contraer matrimonio con Mari Mar, su novia de siempre.

Sus conocidos se refieren a él como una persona «extrovertida y dialogante».

Su trayectoria en el Partido Popular fue breve. Se afilió en 1995, unos meses antes de las elecciones municipales, en las que la escasez de recursos humanos del PP vasco le colocó en tercer lugar de la lista popular en Ermua.

El Ayuntamiento le ocupaba parte de su tiempo, que compartía entre su trabajo y el gimnasio, una de sus grandes aficiones. A la otra, la música, le dedicaba parte de sus fines de semana.


El 12 de julio de 1997 fue asesinado por la banda terrorista ETA que no escuchó las voces del pueblo español que clamaban su libertad. Cumplió su amenaza y le asesinó de un disparo en la nuca. Miguel Ángel Blanco fue secuestrado por ETA el 10 de julio de 1997 con la amenaza de asesinarle si el Ministerio del Interior no reagrupaba a sus presos en el País Vasco antes de las cuatro de la tarde del día siguiente. Las numerosas y concurridísimas manifestaciones, que desde el 12 de julio de 1997 movilizaron a todo el país pidiendo su liberación no consiguieron parar el brazo ejecutor de ETA, que cumplió su amenaza y asesinó de un disparo en la cabeza al concejal secuestrado. Todo el pueblo español se lanzó a la calle pidiendo su liberación. Decenas de miles de ciudadanos de toda España se concentraron en silencio a la una de la tarde, frente a sus respectivos Ayuntamientos, para exigir la inmediata liberación del concejal popular. En el País Vasco, la práctica totalidad de las Casas consistoriales colocaron los lazos azules en sus balcones y las corporaciones emitieron bandos y comunicados en las que instaban a secundar las manifestaciones que se convoquen. En Madrid, los portavoces de todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados y otros políticos, autoridades locales y representantes de los sindicatos, junto a miles de madrileños se manifestaron ante el Ayuntamiento exigiendo su liberación. Por la tarde, la capital de España contó con una multitudinaria manifestación en la que participaron unas 50.000 personas, según fuentes policiales, que abarrotaron la Puerta del Sol, al igual que ocurría en la plaza de San Jaume en Barcelona y en las calles de Ermua. Además, miles de trabajadores guardaron cinco minutos de silencio para mostrar su rechazo al terorismo y exigir a ETA la liberación del secuestrado.

Minutos antes de las 17.00 horas del 12 de julio, una hora después de que se cumpliera el macabro plazo de 48 horas dado por ETA para que el Gobierno procediera al traslado de todos sus presos a cárceles próximas al País Vasco, Miguel Ángel Blanco fue encontrado, con un hilo de vida, por unos vecinos de Lasarte (Guipúzcoa). Vecinos de esta localidad explicaron que Miguel Ángel Blanco estaba consciente y respiraba cuando le encontraron. Ingresó en estado de coma en el Hospital Nuestra Señora de Aranzazú, en San Sebastián. Presentaba dos impactos de bala en la cabeza, con orificios de entrada y sin salida, según informó el Centro de Coordinación de Urgencias de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud). Nada más tener noticias del hallazgo, la madre, la hermana, la novia y la portavoz de la familia Blanco Garrido, abandonaron su domicilio en Ermua (Vizcaya) y se trasladaron hasta el hospital de San Sebastián donde se encontraba el herido. El juez Manuel García Castellón, encargado de las diligencias abiertas por el secuestro, se desplazó al País Vasco para coordinar las labores de búsqueda del secuestrado y permenecer allí durante las horas en que se cumplía el plazo dado por ETA. Los numerosos vecinos de Ermua (Vizcaya) que esperaban frente al domicilio del concejal del PP noticias sobre la identidad de la persona que había aparecido herida en Lasarte (Guipúzcoa), profirieron gritos de "asesinos" al conocerse que se trataba de Miguel Angel Blanco Garrido. El mundo entero criticó duramente esta ejecución. Desde entonces, el Foro de Ermua, constituido a raíz de este asesinato, representa el espíritu civil iniciado en esas jornadas de julio, en las que la sociedad vasca recuperó no sólo la calle, sino la voz, y demostró que es posible luchar pacífica y contundentemente contra ETA y quienes amparan, promueven y se benefician de su proyecto totalitario.


*buscabiografias.com

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