Nicolás de Ovando
Gobernador y colonizador español
Nicolás de Ovando nació entre 1451 y 1460 en Brozas y fue criado en Cáceres.
Fue educado en un ambiente muy religioso y fue ferviente partidario de Isabel la Católica.
Ingresó en la Orden Militar de Alcántara para dedicarse al servicio de la Iglesia y de la Corona.
En 1478, fue comendador de Lares. Ovando fue uno de los diez hombres designados por los Reyes Católicos para acompañar al príncipe don Juan en la corte preparada para él en Almazán. Fueron escogidos por su importancia en la guerra, en los asuntos públicos, en las letras, en las artes y por su religiosidad. Como colaborador de los reyes, fue nombrado dos veces visitador de la Orden y se encargó de la reconstrucción de la ciudad de Alcántara, muy deteriorada por la guerra de Sucesión castellana.
Fue nombrado gobernador de las Islas y Tierra Firme el 3 de septiembre de 1501. A inicios de 1502, capitaneó una flota de 32 navíos que arribaron al puerto de Santo Domingo el 15 de abril de 1502. Se encontró con una revuelta activa entre los pueblos indígenas. La insurrección fue reprimida mediante duras y sangrientas campañas militares. En ese contexto, en 1503, Ovando ordenó la ejecución por ahorcamiento de la cacica taína Anacaona. Paralelamente, una sucesión de epidemias diezmó la población aborigen de la isla de La Española: mientras que, al momento del arribo de Cristóbal Colón en 1492, se estima que el número de habitantes nativos rondaba el medio millón —aunque fray Bartolomé de las Casas sostenía que ascendía a entre uno y dos millones—, el censo realizado en 1507 arrojó una drástica disminución: apenas 60.000 indígenas permanecían con vida.
Poco después de su llegada, un huracán destruyó la antigua ciudad de Santo Domingo. La ciudad fue refundada en la orilla derecha del río Ozama. Además, se trazó a regla y cordel, como mandaban los cánones renacentistas. Este modelo urbano sería tomado como referencia para la fundación de otras ciudades en América.
Bajo su administración, se autorizó por primera vez la importación de esclavos africanos a La Española.
Fundó, u ordenó la fundación de, varias ciudades en La Española, entre ellas: Compostela de Azua (o Azua de Compostela), Santa María de la Vera Paz, Bayajá (hoy Fort Liberté, en Haití), Salvatierra de la Sabana (hoy Les Cayes, en Haití), Salvaleón de Higüey, Cotuí, Puerto Plata y Santa Cruz del Seibo. Entre 1502 y 1504, completó el mapa urbanístico de la isla. Esta tarea se vio facilitada por las guerras del Higüey (1502-1503), que influyeron en la fundación de ciudades en la zona oriental de la isla.
El 20 de diciembre de 1503, la reina Isabel firmó una Real Provisión que legalizaba los repartimientos de indígenas en favor de los españoles. Con este documento nació la encomienda. Entre 1503 y 1505, Ovando generalizó estos repartos en la isla Española. Durante su gobierno, se opuso a Cristóbal Colón y a todo lo relacionado con su linaje. En 1502, el almirante advirtió a Ovando sobre la inminencia de un huracán y le aconsejó que no permitiera la salida de la flota que iba a regresar a España. Ovando no siguió el consejo y se perdió la flota en la que viajaba Francisco de Bobadilla, junto con un importante tesoro.
El 9 de julio de 1509, el comendador mayor de Alcántara fue sustituido por Diego Colón en la gobernación de las Indias.
Regresó a España y falleció en Sevilla el 29 de mayo de 1511. Está enterrado en la iglesia de San Benito de Alcántara.
